WASHINGTON - Expertos en seguridad internacional advierten sobre el grave problema del flujo ilegal de armas desde Estados Unidos hacia Haití, que está exacerbando la escalada de violencia impulsada por pandillas en la nación caribeña.
Según Romain Le Cour, de la Iniciativa Global contra el Crimen, citado por el diario The Hill, la situación en Haití es extremadamente urgente y requiere una acción inmediata. El contrabando de armas, que incluye rifles de francotirador calibre .50 y AR-15 semiautomáticos, así como pistolas, ha estado alimentando el poder de los grupos delictivos en Haití durante años.
El problema se ha agudizado desde el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de 2021, con el control de las pandillas consolidándose en Puerto Príncipe, la capital. La falta de control sobre el flujo de armas ha llevado a una espiral de violencia que ha desplazado a más de 360,000 personas de sus hogares, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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En las últimas semanas, la inseguridad ha alcanzado su punto máximo, con el primer ministro de Haití obligado a dimitir bajo amenaza de una pandilla local. La presencia de pandillas armadas controla hasta un 90% de Puerto Príncipe, superando en número y armamento a la Policía Nacional Haitiana (PNH).
El informe de la ONU describe la situación como "cataclísmica", con más de 4,400 muertes atribuidas a la violencia de pandillas en 2023, y más de 1,500 muertes en los primeros tres meses de este año.
Ante este panorama, Estados Unidos ha enviado un equipo de élite de infantes de marina para proteger su embajada en Haití, pero la medida ha sido objeto de críticas por su impacto limitado en la crisis de seguridad general.
La situación en Haití es un recordatorio urgente de la necesidad de abordar el tráfico ilegal de armas a nivel internacional y de encontrar soluciones coordinadas para frenar la violencia que está devastando a la población haitiana.
