Opinión: La clase política dominicana está prostituida...

Por Hidalgo Rocha Reyes

Abogado/Comunicador 

Con el reciente acontecimiento escenificado por Zorrilla Ozuna, ex-director de Inespre y general retirado, donde este juramentaba al Presidente Abinader como “Candidato” del Partido Cívico Renovador, empresa donde Zorrilla Ozuna es batuta y constitución, algunos se sorprendieron por tal juramentación no sabiendo que así esta la política, vacía y sin ideas, totalmente prostituida.

Aunque Ozuna no supo guardar la forma, todas esas empresas partidarias, agrupadas en los llamados partidos minoritarios, solo existen para cada cuatro años carroñosamente agruparse entorno a quien ostente el poder o tenga las mayores posibilidades de alcanzarlo. 

El túnel de sus piernas florea todos los callejones donde transita el santo presupuesto nacional, en el pasado y en el presente.

Así los de arriba han enseñado a los de abajo, a los compañeritos de la base, a los simpatizantes y a los más frecuentes de estos prostíbulos, aquellos que van y llegan acompañado de ideas vestidas de preparación y de algún dinero.

La clase política esta prostituida, lo único que necesita es dinero para acostarse con quien firma los decretos.  La idea es no mantenerse alejado o lejos del presupuesto nacional, como abeja de vida alegre, donde algunos van de panal en panal, a cuerpo desnudo, perdiendo credibilidad.

Algunos creen que el sistema de partido común es permitirse entrar a cualquier prostíbulo llevarse de allí a cualquier vagabunda, sin saber que esta práctica de piernas alegres, antigua como ella misma, mañana se repetirá y éstas trabajadoras políticas de vida licenciosa, buscarán en otro carandal, lo que el que está no les puede dar o mantener.

 

Las ideas se fueron al carajo, las buenas políticas de la era Alofoke, es dame lo mío. 

Los Pantalones a medios talle, muestran los principios fundamentales de la nueva política. La búsqueda de la prosperidad en la política nos lleva a vagabundear, de rama en rama, enseñando nuestra más íntima vulgaridad.

Esta Era no nos sorprende, es el cimiento de lo que la misma clase política sembró durante años, de lo que los partidos que han alcanzado el poder han cosechado al darle a gentes, a puertas abiertas, espacio que nunca construyeron y que llegaron a esos partidos solo porque algún alto dirigente o funcionario de turno los llevó y luego que la teta no está o está amenazada, toman su llave, se arremangan la licra hasta partirse en dos y salen a vender sus mugres como prostitutas de la avenida principal.

Lo de hoy es lo mismo de ayer, solo que ahora los prostíbulos políticos no necesitan promoción, su bajo o alto índice de popularidad, depende de la exhibición que sus meretrices vendan en las Redes Sociales a  saltos, cuando ven el distanciamiento del poder que puedan tener para sobrevivir.