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SANTO DOMINGO.– El colapso del techo en la discoteca Jet Set, ocurrido el pasado 8 de abril y que dejó un saldo devastador de 236 personas fallecidas y más de 180 heridas, no fue producto de una falla en el concreto, sino consecuencia directa de una sobrecarga estructural, según afirmó el lunes el ingeniero Andrick Soto, experto en estructuras.
Durante una comparecencia técnica ante medios de comunicación y autoridades del Ministerio Público, Soto precisó que el concreto utilizado en la edificación no presentó fallas internas, como han insinuado los abogados de los propietarios del local. En cambio, la acumulación de peso en el techo, combinada con modificaciones no autorizadas, fueron los factores clave del colapso.
“El derrumbe no pudo ser causado por microfracturas del concreto. Si esas fallas hubiesen existido, la estructura habría colapsado en los primeros 20 días tras su modificación. Esto fue sobrecarga pura”, sentenció Soto.
El ingeniero también criticó el informe técnico presentado por la defensa de Antonio y Maribel Espaillat, propietarios del establecimiento, calificándolo como un documento carente de rigor y con tecnicismos sin sustento. Afirmó que el estudio portográfico (análisis microscópico del concreto) fue innecesario en este caso, y fue usado, según él, para desviar la atención de los hechos reales.
Estructura debilitada y antecedentes ignorados
El edificio de Jet Set fue inaugurado en 1973 como cine y convertido en discoteca en 1994. Desde entonces, fue remodelado en múltiples ocasiones sin el debido control técnico. Contaba con techos de doble altura que sostenían maquinaria pesada como aires acondicionados industriales, generadores, luces y equipos de sonido, los cuales sumaban una carga significativa no contemplada en el diseño original.
En 2023, un rayo impactó el generador ubicado en el techo, provocando un incendio. Aunque el local fue reabierto tras una evaluación superficial de los bomberos, varios técnicos advirtieron sobre riesgos estructurales latentes que no fueron corregidos.
La noche de la tragedia, cerca de las 12:44 a.m., más de 700 personas asistían a un concierto del merenguero Rubby Pérez, quien también falleció en el colapso. Entre las víctimas se encontraban figuras públicas como los exjugadores de Grandes Ligas Octavio Dotel y Tony Blanco, la gobernadora de Montecristi Nelsy Cruz (hermana de Nelson Cruz), así como ciudadanos de origen estadounidense, español, haitiano, francés e italiano.
Investigación en curso y medidas legales
Las investigaciones del Ministerio Público y de peritos independientes han revelado la eliminación de columnas sin permisos, uso de materiales de impermeabilización en exceso, refuerzos improvisados sin estudios técnicos y el efecto acumulado de las vibraciones del sistema de sonido como causas contribuyentes al desastre.
El presidente Luis Abinader declaró luto nacional y ordenó una investigación profunda. El pasado 12 de junio, fueron arrestados Antonio y Maribel Espaillat, acusados de homicidio involuntario, negligencia grave y manipulación de pruebas.
Más de 93 demandas civiles han sido interpuestas por familiares de las víctimas, mientras se han iniciado procesos de incautación de bienes vinculados a los imputados. En paralelo, el Congreso Nacional estudia proyectos de ley para reforzar las normas de seguridad en establecimientos de entretenimiento.
El país sigue a la espera de justicia por uno de los eventos más trágicos de su historia reciente. La población y los familiares de las víctimas claman porque este caso no quede en la impunidad.
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