El Letargo Moral: La Parálisis del Espectador Indiferente


Por Bolivar Balcacer

Vivimos en una era de información ilimitada pero de acción inexistente, donde las masas, atiborradas de datos, navegan con la indolencia de quien observa un naufragio desde la orilla. La apatía se ha convertido en el estandarte de una generación que consume noticias con avidez, pero cuyas manos permanecen inmóviles, inertes, incapaces de alzar siquiera un dedo en solidaridad.

El desgano cotidiano no es solo pereza; es una traición silenciosa al tejido social. Quienes se jactan de estar informados pero evitan comprometerse son cómplices del desencanto colectivo. Su pasividad envenena, su indiferencia desarma. Mientras el mundo arde, ellos murmuran, critican, pero nunca actúan.

¿Cómo esperan cambiar algo si su único gesto es desplazar una pantalla? La verdadera conciencia exige movimiento, exige fuego. Sin él, no son más que espectadores vanidosos en el funeral de la esperanza ajena.

Moraleja:

La información sin acción es solo ruido. Si el conocimiento no se convierte en manos que ayudan, en voz que defiende o en rabia que cambia, entonces no es sabiduría, sino otro lujo del ego.



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