
SANTO DOMINGO.– Un grupo de 56 diputados del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados, que en conjunto acumulan 665,226 votos en las pasadas elecciones, se mantienen sin definir a cuál precandidato presidencial respaldarán, lo que representa un peso político clave en la carrera interna de esa organización oficialista.
La cifra representa un 38% de la matrícula congresual del PRM, consolidando a este bloque como decisivo en la proyección de cualquier precandidatura que busque fortalecer su posicionamiento rumbo a las elecciones de 2028.
Aunque varios de estos legisladores han mostrado simpatías dispersas hacia proyectos como los de David Collado, Eduardo Sanz Lovatón, y en menor proporción Wellington Arnaud y Carolina Mejía, la mayoría ha preferido no comprometer su respaldo público, alegando que aún hay tiempo para evaluar y que su prioridad es apoyar la gestión del presidente Luis Abinader.
Entre los legisladores de peso que conforman este bloque se destacan Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, electo con 28,938 votos en el Distrito Nacional, así como Luis Gómez Benzo (37,255 votos, San Pedro de Macorís), Dharuelly D’Aza (28,317 votos, Santiago), y Jesús Stalin Vásquez (27,447 votos, María Trinidad Sánchez).
También figuran con altos niveles de votación los diputados Jheyson García (32,325 votos), Marlenni Altagracia Jiménez (23,043 votos), y Kinsberlyn Taveras (21,897 votos), todos por la provincia Santo Domingo, así como otros legisladores del exterior como Cirilo Moronta y Edward Enrique Cruz, que reflejan la fuerza de la diáspora dentro del partido oficialista.
Del grupo también forman parte aliados estratégicos del PRM, como los diputados Pedro Martínez, Rogelio Genao Lanza (PRSC-PRM), Mateo Espaillat Tavárez, y Braulio Espinal, estos últimos bajo la alianza con Dominicanos por el Cambio (DxC).
La diversidad de origen geográfico y político de este bloque, así como su amplia base electoral, convierten su definición en un factor determinante para marcar el ritmo de la contienda interna en el PRM.
Este escenario confirma que el terreno aún está abierto para los aspirantes presidenciales del oficialismo, y que el consenso con los líderes congresuales será una de las claves para consolidar cualquier proyecto con miras al poder en 2028.