
Nueva York, EE.UU.– Miles de ciudadanos tomaron las calles ayer sábado en diversas ciudades de los Estados Unidos para expresar su rechazo al expresidente Donald Trump y denunciar lo que consideran una amenaza directa a la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles en el país.
Las manifestaciones, realizadas de manera pacífica, se centraron en ciudades como Nueva York, donde cientos de personas se congregaron frente a la Biblioteca Pública, a pocas cuadras de la Torre Trump, en una jornada de fuerte contenido simbólico y político.
Los manifestantes, con pancartas en mano y consignas en voz alta, denunciaron políticas consideradas autoritarias, el ataque a los inmigrantes, la censura, la negación del cambio climático, el retroceso en derechos de la comunidad LGBTQ+, y la interferencia en la independencia del sistema judicial.
Entre las principales consignas que resonaron estuvo el clásico grito de lucha: “¡El pueblo unido jamás será vencido!”, que recordó movimientos sociales de décadas pasadas y se revitalizó con fuerza entre las nuevas generaciones.
Una de las voces presentes fue la de Kathy Valyi, una mujer de 73 años, hija de sobrevivientes del Holocausto, quien advirtió que las señales vistas en la actualidad le recuerdan los relatos de sus padres sobre el ascenso de Adolf Hitler en la Alemania de los años 30. “Lo que ellos vivieron, está ocurriendo aquí ahora”, declaró con preocupación.
Durante la marcha, también se exigió la liberación de Mahmoud Khalil, estudiante palestino de la Universidad de Columbia, detenido por autoridades migratorias pese a su estatus legal, así como del salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado ilegalmente y encarcelado en su país de origen.
Otros nombres, como el del venezolano Merwil Gutiérrez, menor de edad deportado a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, también fueron recordados por los manifestantes, quienes acusan a las autoridades de actuar con racismo y violar derechos básicos.
“Cada quien lucha por algo distinto, pero todos los temas están conectados: derechos de inmigrantes, derechos de la mujer, de las personas LGBTQ+, justicia climática… todo forma parte de una misma causa”, afirmó Elise Silvestri, estudiante de 20 años.
La marcha, enmarcada en el Día de la Tierra, se transformó en una muestra masiva de resistencia contra las políticas de odio y exclusión, y un llamado a frenar el avance de lo que muchos consideran una deriva autoritaria en Estados Unidos.
“Este es el momento de alzar la voz y no quedarnos callados. Es ahora o nunca”, sostuvo Thomas, manifestante de 65 años que pidió reservar su identidad por temor a represalias.
Mientras tanto, figuras como Trump continúan polarizando la escena política estadounidense, y este tipo de protestas evidencian que, lejos de desaparecer, la lucha por los derechos y la democracia sigue más viva que nunca en el corazón de millones.