OPINION: Algunas notas sobre Reforma Policial.



Por Carlos Julio Féliz Vidal.

Un cambio de cultura en la Policía Nacional no es posible sin una transformación del sistema de valores y los métodos de trabajo, razonamiento e interpretación de los hechos por parte del cuerpo del orden. 

La Policía dominicana ha venido "reproduciendo" unas "lineas" de investigación marcadas por modelos autoritarios y acríticos, que explican excesos y abusos cuando de las escenas del delito, de las circunstancias del hecho y de la base de datos no es posible, con altos niveles de certeza, identificar autores y cómplices en un siniestro criminal.

El sistema en parte es responsable de este dislate, en tanto que no ha formado una "Policía Judicial" cuya única tarea sea la "investigación" y la preparación de "informes" que los fiscales puedan sustentar en el proceso penal.

La Policía Judicial tiene que "comprender" al delito y al delincuente desde una perspectiva criminologica y cultural, más allá de los acopios probatorios que se derivan de las evidencias físicas del delito. La criminología y la criminalistica son aliadas del investigador, así como un conjunto de tecnologías que los sistemas colocan en sus manos y que la legislación y la jurisprudencia han venido avalando, como la fotografía y la video- técnica criminal, los mapeos por satélites, las interceptaciones telefónicas judicialmente ordenadas y los entrelazamiento de datos cruzados entre agencias nacionales e internacionales, para ciertos tipos de delitos, especialmente aquellos donde se requieren "técnicas de pruebas masivas", o en otros donde la conducta delictiva debe ser inferida de los indicios por no existir pruebas directas, ámbito donde la Lógica de los Indicios ha de ser manejada por el investigador y comprendida por el Fiscal Litigante, para construir "una cadena sólida y coherente de indicios" capaz de obrar prueba plena. 

Cambiar la cultura policial no es posible sin replantear un nuevo diseño educativo, donde la Policía cuente con herramientas eficaces, que sin violentar los derechos humanos, ni contaminar las pruebas, pueda investigar, informar y sustentar en pruebas expedientes cuya defensa debería descansar en el Ministerio Público, órgano a quien el sistema le ha colocado una tarea para la que no ha sido preparado: la de hacer veces de Policía Judicial, cuando esta tarea debería asumirla una policía técnica, científica y logísticamente preparada para la investigación y sustento de los casos y el Ministerio Público poner en movimiento la acción penal, administrar las pruebas y procurar sentencias condenatorias.

La Policía Judicial no puede estar integrada por "agentes" que no hayan sido formados adecuadamente; la Policía Judicial requiere de expertos en investigación de delitos económicos, electrónicos, de sangre, de semen, de corporaciones criminales, de corrupción administrativa, etc., a los fines de que puedan comprender el perfil, los hábitos, la lógica, el entramado, los motivos y la cultura de los agentes del delito. Los métodos y las tecnicas de investigación criminal varían dependiendo de la categoría criminal de que se trate el hecho de la prevención.

La Policía Nacional no sólo hace investigaciones, tiene entre otras funciones, la prevención del delito, el mantenimiento del orden público interno, agendas civicas y ciudadanas, la custodia de personas y bienes, que el Estado considera con "valor estratégico".

Cada policía dominicano tiene un valor humano y patrimonial. Es un activo del Estado y debe recibir el respeto, el cuidado y la consideración de todos. 

Mientras mejor formado, equipado y preparado esté un policía mayor será la seguridad ciudadana. El Policía debe ser asumido como lo que es, un servidor público, un aliado de la comunidad, por cuya conducta, formación y valores, despierte confianza en el seno social; la Policía eficaz no es la que inspira miedo, es la que motiva empatía, la que se integra a los núcleos sociales ganándose el respeto y la consideración de las personas.

Cambiar la idea de una Policía represiva a una policía preventiva, de una policía aislada a una policía comunitaria, de una policía ofensiva a una policía respetuosa, de una policía enemiga a una policía socialmente integrada es parte de los retos de una Reforma policial, que estaría llamada a operar un cambio de percepción en los ciudadanos y a una mejoría en las relaciones entre los servidores del orden y los usuarios de la seguridad ciudadana.

Una reforma de "personas" no puede descansar sólo en la Ley, ella necesita de un discurso humano, ético y técnico, que se pueda canalizar a través de un esquema educativo apropiado. No puede haber reforma policial sin aulas, sin educación, por ahí es donde se debe empezar, por ahí es donde se debe continuar, sin educación no es posible "sanear el medio", sin "conocimiento" parecerá el policía, el delincuente y el pueblo.

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