República Dominicana se enfrenta a una crisis energética que ha llevado a la población al límite debido a las prolongadas tandas de apagones, algunas de hasta 10 horas diarias.
Estos cortes de energía, que afectan tanto a la capital como a las provincias, han generado un clima de desesperación y malestar entre los ciudadanos. Las protestas en barrios como Moca, Neiba y sectores del Gran Santo Domingo reflejan la creciente frustración de la población que denuncia la ineficiencia del servicio eléctrico y el alto costo de las facturas.
El sector comercial también ha sido gravemente afectado. Según Conacerd, las pérdidas acumuladas por los apagones ascienden a millones de pesos, afectando principalmente a los pequeños comercios que no pueden operar de manera eficiente debido a la falta de refrigeración y la necesidad de utilizar costosos generadores.
A nivel gubernamental, las autoridades han reconocido que la creciente demanda de energía, exacerbada por las altas temperaturas y el envejecimiento de las infraestructuras eléctricas, está sobrepasando la capacidad del sistemaasi como la instalación de nuevos parques fotovoltaicos, la situación sigue lejos de resolverse.
Mientras tanto, la ciudadanía continúa demandando soluciones urgentes para evitar un retroceso a una época que pensaban ya superada.
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