Hoy, se conmemora el 180 aniversario de la Batalla del 30 de marzo, un hito trascendental en la gesta independentista de la República Dominicana.
Este enfrentamiento marcó la determinación y el coraje del joven ejército dominicano, que, liderado por los generales José María Imbert y Fernando Valerio, defendió con la soberanía nacional frente a las tropas del general haitiano Jean Pierrot.
La batalla, que se llevó a cabo en Santiago en 1844, representó un punto crucial en la historia de la República Dominicana. A pesar de la superioridad numérica del ejército haitiano, compuesto por alrededor de 10 mil soldados, las fuerzas dominicanas, conformadas por cientos de valientes combatientes, lograron imponerse con energía y determinación.
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El historiador Juan Daniel Balcácer destaca la importancia de este triunfo para la identidad nacional dominicana, afirmando que fortaleció la fe del pueblo en sus aspiraciones liberales y constituyó un estímulo fundamental para la consolidación del Estado dominicano.
Previo a la batalla, los dominicanos realizaron un arduo proceso de preparación, obteniendo recursos económicos para la compra de armamento gracias a la colaboración de figuras clave como Matías Ramón Mella y Pedro de Mena, quienes lograron obtener donativos de personas acaudaladas de Santo Domingo y Santiago.
El presidente haitiano Charles Herard desplegó una imponente invasión militar con el objetivo de mantener la unidad de la República Haitiana y someter a los dominicanos a su autoridad. Sin embargo, los generales dominicanos, respaldados por la Junta de Gobierno presidida por Tomás Bobadilla, organizaron un valiente contraataque que culminó con la victoria en la Batalla del 30 de marzo.
En este día de conmemoración, se recuerda el sacrificio y la valentía de todos aquellos que lucharon por la independencia de la República Dominicana.
