Volver a ser joven es una necesidad

 

Cuando se alcanza la grandiosa edad de los cuarenta y los cincuenta algunos entendemos que se ha alcanzado la valiosa madurez, sin embargo, lo que se llamada madurez no es más que la acumulación de temores, la acumulación de miedos y decepciones que abrazan la existencia; 

Miedos y temores que limitan cada paso a la vida, temores que hacen que salir al patio en las noches sea una odisea. Que antes de salir primero haya que prender la luz, ponerse la pistola o el machete en la cintura, sin embargo, cuando se era joven solo salías y nada pasaba, no estaba en la mente la negatividad y el augurio estresante de todo lo negativo que pudiera pasar. 

El ser humano después de alcanzar la madurez, anda inventando problemas, anda creando situaciones mentales, anda imaginando todo lo negativo de la vida, se coarta a sí mismo sin razón ante infinidades de cosas, de acciones que cuando era joven simplemente las hacía y punto. Es por esto que digo ¡Volver a ser joven para el adulto es una necesidad! Es una obligación volver a ser joven, pero ¿Será esto posible?   “¿Cómo puede alguien nacer cuando es viejo? —pregunta Nicodemo—. No puede meterse en la matriz de su madre y nacer por segunda vez, ¿verdad?” (Juan 3:4). Esta no es una pregunta nueva, pero sí muy necesaria. 

Para volver a ser joven es necesario saber ¿Qué es ser joven? Como respuesta a esta gran pregunta diré. Ser joven, es tener un físico fresco, sin arrugas o cicatrices de la vida, ser joven es estar libre de dolencias o enfermedades, ser joven es tener una virilidad responsable capaz de hacer el amor con varias personas en una noche sin sentir el agotamiento y la culpa que provoca mentir y usar como trapo a otro ser humano, es andar por el mundo actuando sin ninguna responsabilidad y pensando solo en sí mismo. ¡No! eso no es ser joven. De ser así, ¿Qué es ser joven entonces? 

Cuando el ser humano es joven, no sabe nada y tiene la duda de todo y por ello quiere experimentarlo todo, no se cierra a nuevas ideas, está abierto al mundo en toda su plenitud, no se afirma en mandatos más bien sigue su corazón, el joven no teme al mundo ni a sus vicisitudes más bien lo enfrenta, el joven cree en Dios como inspiración y con fe sincera se ve a sí mismo como un Dios capaz de todo y se arriesga, no teme a perder,   en el amor no teme al rechazo y por ello es dichoso y conquista cuantas flores encuentra en su camino. No teme a la muerte ni a sus amenazas, sólo vive y gasta con valor y sin temor lo más valioso (la vida). 

Cuando se es joven sé es veloz, sé es arriesgado, sé es capaz, sé es positivo, se es impetuoso, sé es seguro, sé es sincero, cuando se es joven se tiene el asombro y la necesidad de experimentar y dar sentido a la vida, cuando se es joven de verdad, el miedo y el temor no existen y esa fuerza y seguridad es lo que hace que realmente seamos capaces de romper con toda adversidad.

 Aun con un cuerpo cansado, con dolores y limitaciones, cuando siendo maduro se separa la mente de la experiencia para seguir experimentando, del temor para seguir luchando, de las dudas para seguir confiando, de los miedos para volver correr sin pensar en caerse, de la desgracia de las opiniones ajenas que limitan el fuego que hay en el corazón y se abraza solo a la sinergia del joven que por sí solo se cree capaz de mover mundo ¡Es entonces cuando repite y repite!  “Volver a ser joven es una necesidad.”