Reino Unido detiene cooperación de inteligencia con EE.UU. por considerar ilegales ataques a embarcaciones en el Caribe

Londres cuestiona la legalidad de las operaciones que han dejado decenas de fallecidos desde septiembre

LONDRES.– El Gobierno del Reino Unido suspendió el intercambio de información de inteligencia con Estados Unidos tras expresar preocupación por la legalidad de los ataques ejecutados contra embarcaciones que, según la administración del expresidente Donald Trump, eran utilizadas por redes de narcotráfico para transportar contrabando hacia territorio estadounidense.

Autoridades británicas señalaron que la justificación legal presentada por Washington para llevar a cabo estas operaciones resulta “altamente cuestionable”, lo que motivó la decisión de frenar la colaboración que ambos países mantenían desde hace años en materia de vigilancia marítima.

Como parte de la alianza de inteligencia Five Eyes, el Reino Unido ha operado históricamente centros de escucha y monitoreo en el Caribe, desde donde ayudaba a Estados Unidos a rastrear embarcaciones sospechosas de narcotráfico. Esa información facilitaba a los guardacostas estadounidenses la interceptación de las lanchas, la detención de sus tripulantes y la incautación de cargamentos ilícitos.

Sin embargo, Londres considera que continuar proporcionando datos podría convertir al país en cómplice de acciones militares potencialmente ilegales, las cuales han dejado al menos 75 personas fallecidas desde el inicio de la operación en septiembre.

Nuevos ataques elevan las tensiones

La revelación de la suspensión coincidió con el anuncio del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, quien informó en la red X sobre dos nuevos ataques en el Pacífico oriental.

Según Hegseth, seis presuntos narcotraficantes —a quienes describió como “terroristas de cártel”— murieron durante las operaciones. El funcionario defendió las acciones asegurando que las agencias de inteligencia estadounidenses habían identificado a las embarcaciones como vinculadas al contrabando de narcóticos y que transitaban por rutas conocidas del tráfico marítimo.

En su comunicado, Hegseth afirmó que se trató de “dos ataques cinéticos letales” contra buques operados por organizaciones designadas como terroristas y que no hubo personal estadounidense herido durante la intervención.

La decisión de Londres añade presión diplomática al programa estadounidense, mientras continúan las interrogantes internacionales sobre el marco legal que ampara estas operaciones armadas en aguas internacionales.


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