
Santo Domingo.– Un estudio internacional advierte que las provincias Azua, Baní y Barahona se encuentran entre las zonas de mayor riesgo sísmico de la República Dominicana, debido a la activación de fallas responsables del devastador terremoto de 1751, que destruyó gran parte del sur del país.
La investigación, publicada en la revista Scientific Reports (Nature Portfolio) y dirigida por especialistas del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), revela que en esa región los terremotos destructivos han ocurrido en promedio cada 200 años, y ya han pasado 274 años desde el último evento de gran magnitud.
“El peligro es real y urgente. Encontramos evidencias geológicas de terremotos superiores a magnitud 7 en los últimos dos milenios”, afirmó el investigador Javier Escuder Viruete, al explicar que los hallazgos se sustentan en análisis de estructuras sísmicas detectadas en la Bahía de Ocoa.
El equipo de científicos españoles utilizó drones, dataciones por radiocarbono y modelos de amenaza sísmica para confirmar la recurrencia de los sismos en la zona. Los resultados muestran hundimientos de hasta 20 centímetros y estructuras subterráneas de más de 3 metros, asociados a movimientos de intensidad VIII a X en la escala ESI.
De acuerdo con el informe, las fallas de Beata y la fosa de Los Muertos fueron las causantes del terremoto de 1751, con una magnitud estimada de 7.5, y mantienen la capacidad de reactivarse.
Las provincias del sur, que en conjunto superan los 650 mil habitantes, se encuentran dentro del área crítica, lo que eleva la importancia de medidas de prevención.
Los expertos llamaron a que esta información sea incluida en los planes de ordenamiento territorial y protección civil, ya que los datos científicos confirman la posibilidad de un fuerte terremoto en el sur del país.