
PUNTA CANA. Las autoridades dominicanas confiscaron el pasaporte del joven estudiante estadounidense Joshua Riibe, quien ha sido vinculado a la desaparición de la turista Sudiksha Konanki en la zona de Bávaro, como parte de una investigación en curso. La medida busca evitar que Riibe abandone el país mientras se esclarecen los hechos.
Konanki, estudiante de la Universidad de Pittsburgh, llegó a Punta Cana el 3 de marzo junto a cinco amigas para disfrutar de las vacaciones de primavera. Fue vista por última vez la madrugada del 6 de marzo, después de haber visitado la playa con su grupo de amigas.
Según los abogados de Riibe, su cliente ha permanecido confinado en el hotel desde el inicio de la investigación y es escoltado permanentemente por la policía. "No es libre de irse", afirmaron, subrayando las restricciones impuestas por las autoridades. Se recuerda que la procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, se trasladó hasta el hotel Riu para interrogar al joven.
El incidente ocurrió tras una visita a la playa en horas de la madrugada. De acuerdo con una transcripción de su testimonio, Riibe relató que una fuerte ola los arrastró mar adentro mientras conversaban y se besaban en el agua. Dijo que logró regresar con Konanki a la orilla, pero posteriormente la perdió de vista.
"La última vez que la vi, le pregunté si estaba bien. No escuché su respuesta. Miré a mi alrededor y no vi a nadie. Pensé que había tomado sus cosas y se había ido", declaró Riibe a los investigadores. Aseguró haberse sorprendido al enterarse de la desaparición de la joven.
Equipos de búsqueda conformados por varias instituciones han intensificado los operativos en la zona costera de Bávaro con la esperanza de encontrar a la estudiante. No obstante, hasta el momento, las autoridades dominicanas no han emitido una declaración oficial sobre el caso. Riibe no ha sido formalmente acusado ni catalogado como sospechoso.
Desde el resort donde se encuentra hospedado, Riibe declaró brevemente a los medios de comunicación: "Solo estoy tratando de ayudarles. El océano es un lugar peligroso", refiriéndose a las condiciones en las que ocurrieron los hechos.
Las investigaciones continúan, mientras la comunidad y los familiares de Konanki esperan respuestas sobre su paradero. El caso sigue envuelto en incertidumbre a la espera de nuevos avances que permitan esclarecer lo sucedido aquella madrugada en las aguas de Bávaro.