El "Global Risks Report" que es un informe
del Foro Económico Mundial, subraya riesgos que ya son palpables en República
Dominicana. Teniendo desafíos en cuanto a la migración involuntaria, la
mecanización de sectores clave y la presión sobre los salarios exigen
respuestas integrales y sostenibles. Iniciativas de fortalecimiento de las
provincias fronterizas, la regulación del mercado laboral y la inversión en
educación y capacitación pueden marcar la diferencia para enfrentar estos
desafíos con una visión y compromiso que garantice un futuro más equilibrado y
próspero para todos los dominicanos.
El informe publicado por el Foro Económico Mundial
pone en perspectiva los principales riesgos que amenazan a la RD en este 2025.
Entre ellos, destaca la posibilidad de un desequilibrio entre la oferta y la
demanda de mano de obra, un fenómeno que ya empieza a ser evidente en República
Dominicana.
Migración Involuntaria y sus
Efectos
La migración involuntaria es un riesgo global que
afecta directamente a República Dominicana, especialmente debido a la crisis en
Haití. Miles de personas cruzan la frontera en busca de mejores condiciones de
vida, lo que genera tensiones en el mercado laboral local. A esto se suma la
situación de las provincias fronterizas, que carecen de suficientes
oportunidades laborales, obligando a muchos dominicanos a trasladarse a la
capital en busca de empleo.
El muro fronterizo, propuesto como una solución para
controlar la migración irregular, es un tema que aun genera debate, aunque puede
mitigar el flujo migratorio, no aborda las causas estructurales que impulsan a
las personas a migrar, como la falta de oportunidades económicas y la
inestabilidad política en Haití. Además, su construcción y mantenimiento
implican un costo significativo para el país.
Mecanización de la Agricultura y
Presión Salarial
La mecanización en sectores como la agricultura
también estará transformando el mercado laboral. Aunque incrementa la
eficiencia y productividad, reduce la demanda de mano de obra en un sector que
históricamente ha empleado a una parte importante de la población rural. Este
cambio no solo genera desempleo, sino también presiona a la baja los salarios,
afectando especialmente a los trabajadores menos calificados.
Por otro lado, existe una percepción de que los
dominicanos evitan ciertos trabajos, como los relacionados con la agricultura y
la construcción, lo que ha llevado a una dependencia de la mano de obra
extranjera. Sin embargo, este fenómeno también refleja la falta de incentivos
económicos y condiciones laborales adecuadas en estos sectores.
Para enfrentar estos desafíos, es fundamental invertir
en la capacitación de la fuerza laboral dominicana. La formación en habilidades
técnicas y tecnológicas puede preparar a los trabajadores para adaptarse a los
cambios en la demanda laboral y aprovechar las oportunidades que surgen en
sectores emergentes. Además, promover la educación financiera y el
emprendimiento podría ser clave para fomentar el desarrollo económico en las
regiones más vulnerables.
Lic. Guelmi Lester Brea Baldera