
Es muy penoso y altamente reprochable lo acontecido en estos primeros siete días del mes de junio, donde pareja y/o ex pareja han asesinado burdamente a sus compañeras sentimentales, lo cual es el acto más abominable que persona alguna pueda hacer autor.
Nuestro país ha venido marcando estadísticas muy espeluznantes en los últimos 10 años sobre violencia contra las mujeres, que en ocasiones culminan en feminicidio. Siendo el año 2023 donde se registró un pequeño descenso, marcando 51 feminicidios —siete casos menos respecto al 2022, que se registraron 58— lo cual sigue siendo una cifra alarmante, porque “cero” debería ser el reporte anual.
Resultan muy preocupantes estas publicaciones que se han difundido en las redes sociales, donde ya han ocurrido tres feminicidios solo este mes, siendo el último el más reprochable, donde el pasado miércoles en la mañana, en Santiago Rodríguez, una cámara de seguridad captó el momento en que un hombre intercepta y mata —delante de su hija menor— a su ex esposa que era médico odontóloga.
Pero, ¿qué refleja este comportamiento tan condenable y primitivo de estos enfermos de la salud mental, que cometen este tipo de acciones? Es evidente que nuestras autoridades deben evaluar con gran preocupación y urgencia estos hechos, que llegan a ser tan lesivos —no solo para la familia de las víctimas, que por lo general suelen ser las más consternadas— sino también para los familiares de los agresores, que en la mayoría de los casos, después de haber cometido estos hechos, también atentan contra su vida.
Si no buscamos solución con brevedad a estos problemas, que cada vez se incrementan más, pueden después convertirse en una bacteria intestinal de la cual no se tenga dominio a corto plazo y convertirse después en más atroz de lo que es... ¡Una hemorragia severa atendida a tiempo puede ser efectiva! No hacer caso a eso daría lugar a que el incremento en los medidores anuales sobre estos casos nos golpee tenazmente en la cara.
Se debe fomentar un cambio cultural que desnormalice la violencia de género. Desde el hogar, la escuela y los medios de comunicación, promover mensajes que refuercen la igualdad y el respeto hacia las mujeres desde los centros educativos, puede ser una gran medida a tomar…
"La violencia es el último recurso del incompetente", decía Isaac Asimov. No se debe permitir que la incompetencia y la indiferencia sigan marcando nuestro futuro. Porque, ¡El daño ajeno es invisible hasta que el infortunio llama a nuestra propia puerta y se convierte en un reflejo ineludible de nuestra indiferencia!