Por: Lic. Noel Moquete Rodriguez
Cada mañana llevo una de mis hijas a su centro de estudios. Tan pronto ella entra yo arranco, no porque tenga prisa , sino porque entiendo que ya llegó, que entró y que ahí está segura.
Todos los padres entendemos que después de su hogar si en algún lugar están seguros nuestros hijos es en su escuela.
Ya sea que se trate del nivel primario, secundario, universitario, público o privado, las autoridades de esos centros tienen el deber de garantizar el bienestar de sus estudiantes, y sobre todo su integridad física.
Todo centro educativo debe contar con la infraestructura, los equipos y el personal de vigilancia mínimo, con el entrenamiento para tratar con jóvenes, menores, y posibles asesores.
La vida es más ingeniosa que el legislador, y no tardará mucho para que una persona encuentre la manera de demandar en responsabilidad civil y daños y perjuicios a aquella autoridad que no haya garantizado la integridad física se uno de sus hijos.
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