Por: Ezequiel Cuevas M.A
Llama francamente la atención que, con una “Ley”,
los partidos mayoritarios en República Dominicana les han puesto un bozal a los
pequeños y/o emergentes.
Resulta que, la Ley 157-13 que establece el
voto preferencial para la elección de diputados y diputadas al Congreso
Nacional, regidores y regidoras de los municipios y vocales de los distritos
municipales. G. O. No. 10736 del 9 de diciembre de 2013, VIOLA, el Derecho a
Elegir y a Ser Elegido que tenemos los dominicanos.
La Constitución de la República Dominicana, en su Título X instaura el Sistema Electoral, el cual, en su Capítulo I, artículo 208 establece el Ejercicio del Sufragio, en el cual expresa que es un Derecho y un deber de los Ciudadanos el Ejercicio del Sufragio para elegir a las autoridades de gobierno… el voto es personal, libre, directo y secreto. Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de su derecho al sufragio ni a revelar su voto.
El artículo 208 de la Constitución, consagra que el voto es personal, libre, directo y secreto. El voto personal es aquel en que el elector debe depositar personalmente su elección, distinto al voto por delegación, en que el elector tiene la facultad de autorizar a otra persona para que vote legalmente por él.
Por lo que, el Método D´Hondt es una FRANCA VIOLACIÓN del Derecho a Elegir y Ser Elegido que tiene todo dominicano, por lo que, el Tribunal Constitucional de la República Dominicana (TCRD), debe eliminar dicho método, por considerarlo contrario a la Constitución de la República.
Peor aún, una Ley, como lo es la Ley 157-13, solo procura el beneficio de los Escaños en el Congreso para los Partidos Grandes o Mayoritarios y procura tener siempre presencia en las Salas Capitulares de todos los Ayuntamientos del país.
El método D’Hondt, utilizado para asignar escaños en el sistema electoral, en España, por ejemplo, ha sido objeto de críticas y debates en relación con su capacidad para ofrecer una representación equitativa y justa. Aunque tiene sus defensores, también presenta una serie de desventajas que pueden afectar la legitimidad y la proporcionalidad del sistema.
Una de las críticas más prominentes al método D’Hondt es su tendencia a favorecer a los partidos más grandes en detrimento de los más pequeños. Esto puede llevar a una representación desproporcionada en el parlamento, donde los partidos con una base de votantes más amplia obtienen una mayor cantidad de escaños de lo que sus porcentajes de votos podrían justificar. Como resultado, los partidos minoritarios podrían quedar subrepresentados, lo que afecta la diversidad política y la precisión de la representación en el gobierno.
En el método D’Hondt, los votos obtenidos por partidos que no logran superar el umbral necesario para obtener mantener su reconocimiento (el 5%). Esto conduce a un desperdicio de votos, donde los votantes que apoyan a partidos más pequeños o emergentes no ven reflejadas sus preferencias en el resultado final. Esto puede desmotivar a los ciudadanos a participar en el proceso electoral y generar una sensación de falta de representatividad.
Aunque el método D’Hondt se considera proporcional en teoría, su aplicación puede no garantizar una proporcionalidad real en la asignación de escaños. Esto se debe a las limitaciones inherentes al método y a la presencia de umbrales de entrada. Los umbrales establecidos para acceder a los escaños pueden afectar la verdadera representación de ciertos segmentos de la población, excluyendo a partidos con un nivel de apoyo significativo pero que no logran alcanzar ese umbral.
Desde nuestro punto de vista, consideramos que las desventajas al aplicar el método D’Hondt, no deben pasarse por alto. La desproporcionalidad en la representación, el desperdicio de votos y la limitación en la proporcionalidad real son aspectos que pueden afectar la legitimidad y la efectividad del sistema electoral dominicano. Evaluar críticamente estas desventajas es crucial para un debate informado sobre posibles reformas que puedan mejorar la representación y la equidad en el sistema electoral.
Mi primo un argumento Objetivo
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