Aún existe la Solidaridad…

 


Por: Ezequiel Cuevas

En el diario vivir de la República Dominicana, vemos con preocupación una constante que se ha fijado en la población.

A menudo, gracias a la modernidad de los equipos de comunicación (celulares) y al gran avance de la tecnología, vivimos informados de todo el acontecer local, provincial, regional y nacional, y, claro está, del acontecer mundial.

Pero esa necesidad de mantenerse informados, actualizados, al día del escurrir de cada minuto ha provocado en la población una especie de insensibilidad.

El lunes pasado 18 de este presente mes, alrededor de las 3:45 – 4:00pm, tuve un accidente automovilístico cuando regresaba desde Santo Domingo a mi Amada Barahona, el vehículo en el que andaba conjuntamente con mi Padre, Abenirdo Cuevas y su compañera sentimental, me sorprendió, al intentar un rebase, se deslizo y fuimos a parar a una cuneta o zanja, 5 metros más o menos de profundidad.

Gracias a Jehová Dios Padre Eterno, no nos pasó nada, al no poder yo sacar a Papi, subí a la carretera a solicitar ayuda, ¡INCREIBLE!, NADIE SE DETUVO, y aunque parezca extraño, comprendo a los demás conductores, en estos días las personas se inventan de todo con tal de asaltar y matar a los demás por lo suyo.

Pero, agradecido de Dios, pasaron 3 jóvenes (dos hombres y una mujer) en dos motores, se detuvieron y nos auxiliaron, ellos pudieron sacar a Papi, mientras la joven tranquilizaba a la compañera de mi Papá.

Todos los días vemos personas que antes de ayudar, de socorrer, prefieren tomar un celular y grabar o fotografiar sin tomar en consideración que una vida puede perderse en esos pocos segundos en que necesita ayuda.

Hemos pasado de ser un pueblo solidario a ser un pueblo de primicias y sensacionalismo.

Gracias a Montante, uno de los Jóvenes que nos ayudaron, Dios te colme de infinitas bendiciones.

Sin ellos me hubiese sido imposible, de forma rápida sacar a mis acompañantes del vehículo.

Sin embargo, llegó, no se quien, tomó fotografías y las envió a un Ignorante e Inescrupuloso que de inmediato las publico sin pensar que podía provocar daños mayores a otros; pero también lo entiendo, su deseo de ver gente morir y poder sacar beneficios económicos con la desgracia de otro, es cosa común en su haber.

Espero que, Montante y sus dos amigos puedan leer estas líneas y, sepan, hicieron lo que tanto se vive predicando a diario, ayudar y servir sin mirar a quien… eso solo es de ¡GRANDES!

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente